En algun momento de la vida nos Podemos sentir tristes y abatidos en medio de tantas situaciones de dolor que a veces nos toca vivir o que en un momento concreto de nuestra vida atravesamos, pero es importante recordar que no hay nada más consolador que ponernos en las manos de Dios. Solo Él es quien todo lo puede y quien puede darnos la fuerza para salir de esas situaciones que nos quitan la paz del corazón. Jesús no nos deja solos en ningún momento de nuestra vida. Cuando llega ese momento en que sentimos esa tristeza, esa experiencia abrumadora que atormenta que quiere conducirnos hacia los caminos de la soledad, y llenarnos el corazón de ansiedad, debemos recordar sus palabras consoladoras:
Isaias 41, 9-13
Todo Yo te saqué del extremo de la tierra, te llamé desde el rincón más alejado y te dije: “Tú eres mi siervo.” Yo te elegí y no te he rechazado. No tengas miedo, pues yo estoy contigo; no temas, pues yo soy tu Dios. Yo te doy fuerzas, yo te ayudo, yo te sostengo con mi mano victoriosa. Todos los que te odian quedarán avergonzados y humillados; los que luchan contra ti quedarán completamente exterminados. Buscarás a tus enemigos y no los encontrarás; los que te hacen la guerra serán como si no existieran. Porque yo, el Señor tu Dios, te he tomado de la mano; yo te he dicho: No tengas miedo, yo te ayudo.
Luis Guitarra - Todo va a ir bien
Oración
Señor mío, en este momento de vacío
recurro a tu poderosa presencia para hacerte saber
que me encuentro sólo, deprimido y pobre en espíritu.
Mi corazón se siente abatido, acongojado y lleno de dolor.
Ya mis ojos no logran ver ninguna esperanza
que pueda consolarme el alma y hacerme levantar de esta nube gris
En las horas nocturnas, puedes ver mis lágrimas y escuchar mi llanto. Ya no quedan fuerzas dentro de mí.
Señor mío, quiero sentir en este instante
que Tu presencia recorre cada gramo de mi existencia
y me va llenando de tu poder, de tu bondad y de todo tu amor
Ven a mí, Señor, Sé mi escudo y mi roca fuerte,
mi fortaleza en medio de la penumbra y de esta depresión avasallante
En estas horas de oscuridad, ven y levántame victorioso,
ven y levanta mi cabeza en alto una vez más.
Confío en que sólo Tú tienes el poder de animarme a salir
y enfrentar esta dura batalla por mi vida. Amén.