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Desde esta Capilla Hospitalaria te invitamos a Orar con María

Oración

María, Madre del sí, tu ejemplo me admira.

Me admira porque arriesgaste tu vida;

me admira porque no miraste a tus intereses

sino a los del resto del mundo;

me admira y me das ejemplo de entrega a Dios.

Yo quisiera, Madre, tomar tu ejemplo,

y entregarme a la voluntad de Dios como tú.

Yo quisiera, Madre, seguir tus pasos,

y a través de ellos acercarme a tu Hijo.

Yo quisiera, Madre, tener tu generosidad

y entrega para no decir nunca «no» a Dios.

Yo quisiera, Madre tener tu amor para ser siempre fiel a tu Hijo.

Madre del sí, pide a tu Hijo por mí, para que me dé tu valentía.

Pide a tu Hijo por mí, para que me conceda

un corazón enamorado de él.

Pide a tu Hijo por mí, para que me dé la gracia necesaria

para entregarme y no fallarle nunca. Amen.

Acudamos a María, Madre de la esperanza, como lo hizo Juan de Dios a lo largo de su vida, y vivamos con ella un momento de admiración, asombro, silencio, contemplación.  Pongamos en sus manos aquellas nuestras intenciones y las de aquellas personas que más lo necesitan en este momento.

Lucas 1, 26-38

El sexto mes envió Dios al ángel Gabriel a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen prometida a un hombre llamado José, de la familia de David; la virgen se llamaba María. Entró el ángel a donde estaba ella y le dijo: —Alégrate, favorecida, el Señor está contigo. Al oírlo, ella se turbó y discurría qué clase de saludo era aquél. El ángel le dijo: —No temas, María, que gozas del favor de Dios. Mira, concebirás y darás a luz un hijo, a quien llamarás Jesús. Será grande, llevará el título de Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, para que reine sobre la Casa de Jacob por siempre y su reinado no tenga fin. María respondió al ángel: —¿Cómo sucederá eso si no convivo con un varón? El ángel le respondió: —El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te hará sombra; por eso, el consagrado que nazca llevará el título de Hijo de Dios. Mira, también tu pariente Isabel ha concebido en su vejez, y la que se consideraba estéril está ya de seis meses. Pues nada es imposible para Dios. Respondió María: —Aquí tienes a la esclava del Señor: que se cumpla en mí tu palabra. El ángel la dejó y se fue.

La Fe De María - Son By Four (Ítala Rodriguez / #Dones)

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