Oración
Es tu amor el que sigue hoy aquí
Sin darme cuenta fui yo quien me escondí
Me aleje y con ello entendí que tu amor no se ha ido sigue ahí
Es tu amor que me levanta, que me atrapa y no me suelta
Que me alivia y me libera
Es que tu amor no trae condena No señala ni olvida
Que por mi entrego su vida
Que soy yo aquella oveja que busco a toda prisa
Me encontró con su sonrisa me abrazo con sus caricias
Es que tu amor me enmudece y me agita
Es mi lámpara encendida Es mi fuego y no ceniza
Tu amor no tiene prisa.
Amen
Lo principal de este día, para todos, es que celebramos y recordamos a Jesús de Nazareth, su vida, sus palabras y su mensaje principal: Amarnos unos a otros y derribar todas las barreras posibles que nos enfrentan o aíslan haciendo difícil la convivencia. En este día de Jueves Santo te pedimos Señor que nos hagas disponibles para amar como tú nos has amado, para que así seamos testigos de tu Amor y vivamos en actitud de búsqueda y de servicio a los demás, pues para eso hemos sido creados.
Juan 13, 1-15
Sabiendo Jesús que había llegado para Él la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. El diablo le había metido ya en la cabeza a Judas entregar a Jesús. Jesús se quitó el manto, se ciñó una toalla, echó agua en una palangana y se puso a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que llevaba ceñida. Al llegar a Simón Pedro, le dijo: Señor, ¿lavarme los pies tú a mí? Lo que estoy haciendo no lo entiendes ahora, lo comprenderás más tarde. ¿Lavarme tú los pies? ¡Jamás!. Si no te dejas lavar no tienes nada que ver conmigo. Señor, no sólo los pies, también las manos y la cabeza. Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, está limpio todo; también vosotros estáis limpios, aunque no todos. Dijo que no todos estaban limpios porque sabía quién lo iba a entregar. Cuando acabó de lavarles los pies se puso otra vez el manto y les dijo: ¿Comprendéis lo que hecho con vosotros? Vosotros me llamáis Maestro y Señor, y con razón, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros, porque os he dado ejemplo para que hagáis lo mismo que yo he hecho. Dichosos vosotros si cumplís esto.
Amando hasta el extremo - Maite López-